
Ismael Miranda nació en Aguada, Puerto Rico, el 20 de febrero de 1950. Pero cuando tenía cuatro años, sus padres se trasladaron a Nueva York en busca del sueño americano, el cual, dice Miranda, nunca encontraron. Se instalaron en la Calle 13 del bajo oeste de Manhattan, un sector de malandros, drogadictos y delincuentes. Su padre se ganaba 60 dólares al mes y gastaba treinta en comprar música. Al igual que su mamá, le gustaba mucho la música, de todos los géneros, y eran bullangueros o fiesteros. Por esa razón Miranda no se crió con juguetes sino con instrumentos musicales: congas, maracas y timbales. Desde los ocho años, Miranda empezó a ayudar con los gastos del hogar. En una frutería limpiaba cebolla por kilo. Lustraba zapatos en un teatro vecino a su casa donde se presentaban grandes artistas internacionales, y en ese teatro vendía dulces en una cajita que se colgaba del cuello. Incursionó en grupos teatros y unos muchachos de su edificio que tenían un grupo pedían permiso en su casa para que fuera a cantar con ellos, se llamaban Pipo y su Combo. Después empezó a tocar con Andy Harlow, donde interpretaba la conga. Varias veces llamó a Harlow para ofrecerse como cantante y éste le respondía: “Este es un grupo de hombres, no de niños”. Con Joey Pastrana grabó su primer tema Let”s Bell, un boogaloo, que por entonces estaba de moda. Pero también grabó Rumbón Melón, su primer hit en radio, que todavía se escucha en todos los sitios salseros.
Después de esta experiencia, gracias a ella, una vez Larry Harlow lo invitó a su casa, supuestamente para hacerle una audición. La sorpresa fue encontrarse a Ismael Rivera, el sonero mayor. En realidad, estaban su amistad no solo era musical, sino por la droga. Harlow necesitaba un cantante y quería definir entre un veterano y un joven. A manera de reto, le dijo que si se sabía sus canciones. Miranda le dijo que todas y empezó a cantarlas. Entonces, Ismael Rivera le dijo:” Quédate con él, tiene hambre de éxito, y de verdad, yo contigo no vamos a durar mucho”. Así sucedió. En 1968, se lanzó la producción completa titulada “Harlow presenta a Ismael Miranda”, que lo coronó como cantante y de inmediato lo llevó a la disquera Fania. La primera vez que Johnny Pacheco lo citó a un ensayo, llegó parte por estar arreglándose para la ocasión. Pacheco le dijo: “Tarde a un ensayo? Qué bonito, eh”. Por la noche, lo presentó como “El niño bonito de la Fania”.

A propósito de Fania, ante las preguntas de Tuti Mejía, Miranda fue concluyente: “La Fania llegó a dominar el mundo musical latino y ser un impacto mundial gracias a Jerry Masucci y Johnny Pacheco, ellos, con sus asesores, se inventaron todo, el sonido, la escogencia de músicos, los arreglos musicales, el mercadeo y la publicidad”. Agregó: “Fania sonaba como quería Pacheco, claro, se acompañaba de excelentes arreglistas, pero su criterio era el dominante”. Acerca de su relación con Jerry Masucci afirmó, tajante: “Conmigo siempre se portó bien, cuando no tenía casa, le dije que necesitaba y me la compró, igual un carro. Nunca me negó nada. Algunos dicen que Masucci los robó, no sé si me escondió dinero a mí, pero en negocios siempre me favoreció. Yo gané mucho dinero con ellos. Musicalmente, también llegué a la gloria. Con Celia Cruz, fuimos los primeros en presentarnos en el teatro Olimpia de París donde solo cantaba Edith Piaf, Jacques Brel y Charles Aznavour”.

Que tremenda historia.
Incluso Ismael Miranda por eso saco una canción Homenaje a Ismael Rivera, no es muy conocida, dejo acá el enlace Jhon Fredy por si deseas escucharla, te la recomiendo https://www.youtube.com/watch?v=oWrn-VJs6iY
Esa conexión que hizo Rivera con Harlow podría decirse fue la catapulta de toda la carrera de Miranda. La pregunta es que hubiera sido si Miranda no hubiera trabajado con Herlow, hubiera tenido el mismo éxito?